La que se vivió esta semana en Estados Unidos, es una de las jornadas más violentas de que se tenga noticia en la historia de esta potencia mundial.
Por FRANCISCO RODRÍGUEZ GARCÍA, Director ABC de América
“La Guardia Nacional fue liberada en Minneapolis para hacer el trabajo que el alcalde demócrata no pudo hacer. Debería haberse usado hace 2 días y no habría habido daños y la sede de la policía no habría sido tomada y arruinada. Gran trabajo de la Guardia Nacional. ¡No juegos!”, dijo el presidente Donald Trump desde su cuenta de Twitter.
El detonante, un aparente acto de rutina plicial protagonizado en Minneapolis por el exoficial Derek Cahuvin, terminó en la muerte por asfixia del ciudadano afroamericano, George Floyd, ante ma mirada y participación de otros tres policías, pero ante la más ineludible de todas, la de las camaras de teléfonos inteligentes que captaron la escena desde distintos ángulos y que hoy le dan la vuelta al mundo.
A nadie se le hubiera ocurrido que este abominable acto pudiera traducirse, solo en días, en la más cruenta confrontación social en un país, que a pesar de estar lidiando con la más pesada carga del coronavirus a nivel mundial, que deja más de 100.000 fallecidos y cerca de 40 millones de nuevos desempleados, sigue mostrando buenos indicadores en su economía.
Pero lo que el mundo ha podido presenciar en estas últimas horas, en las que no hay límites en la fuerza, de lado y lado, es que aquí ha estallado un malestar contenido, quizas por años, en un país donde aparentemente la desigualdad crece tal vez más aceleradamente que el progreso, pues un reciente informe de la televisión alemana, habla de 43 millones de pobres en Estados Unidos, que no tienen siquiera un techo fijo para vivir.
Aflora el vandalismo
Obviamente, los vándalos son los primeros que hacen de las suyas, siguiendo las tendencias que desde finales del año pasado comenzaron a hacer carrera en varios países latinoamericanos, como: Chile, Venezuela y Colombia, donde la “bandera” de la protesta social, sirvió de pretexto para la desmesurada destrucción de bienes públicos y saqueos a tiendas y comercios fue una de las características.
En el caso de Estados Unidos, varios videos e imágenes que se comparten en esta crónica, distintas marcas y comercios son blanco de la acción de descontrolados vándalos infiltrados en las protestas.
Al caer la noche de ayer, Estados Unidos vivía una verdadera fiebre de sábado por la noche, pero no bajo la alegría de celebrar el fin de semana, sino bajo el fuego de los descontrolados manifestantes, el garrote y los gases lacrimógenos de policía y Guardia Nacional, así como las decisiones de gobernadores y alcaldes que debieron recurrir a toques de queda, como último recurso para contener a las descontroladas masas.