Camden, la ciudad de EEUU que se libró del caos con una reforma policial

Cuando en Estados Unidos crece el debate y se alzan múltiples voces con peticiones de retirar los fondos y hasta de desmantelar departamentos de policía tras la muerte del afroestadounidense George Floyd, la ciudad de Camden, en Nueva Jersey, emerge con su ejemplo tras siete años de una profunda reestructuración que cambió el rostro de su comunidad a base de prevención y empatía con su gente.

El teniente de la policía Gabriel Rodríguez, de 37 años, se describre como un sobreviviente cuando recuerda que siendo un niño se inventaba cada día una nueva ruta hacia la escuela para evitar el peligro que aterrorizó por años a la ciudad estadounidense de Camden, en Nueva Jersey, donde nació y creció evadiendo el crimen y la violencia que generan las pandillas y las drogas.

“Algunas personas se sorprenden cuando comparto mi historia. Nací en Camden, siendo bastante pobre, de madre soltera criando a cuatro hijos sola y en un ambiente desafiante. Tenía que tomar un camino para ir a la escuela y otro camino para regresar. Con los malos elementos que había afuera tú no te querías involucrar. No te querías ver en el medio de un fuego cruzado”, dice Rodríguez, de madre puertorriqueña.

“A una edad muy temprana yo aprendí a sobrevivir, aprendí las habilidades para sobrevivir en Camden”. Su barrio, explica, era “la meca de la heroína”.

En conversación con la Voz de América, en una humilde esquina de calles estrechas y casas hacinadas a unos cinco minutos del que fue su primer hogar, el joven oficial admite que decidió ser policía porque quería generar el cambio. Cuando Rodríguez inició su carrera en 2003, esta ciudad que colinda con Filadelfia, Pensilvania, era de las más peligrosas del país, con una tasa de criminalidad 18 veces mayor al promedio nacional.

Pero en 2013, Rodríguez y algunos de sus compañeros fueron testigos excepcionales del desmantelamiento del anterior cuerpo policial, de una reforma estructural y del surgimiento del nuevo Departamento de la Policía. 

La transición, como le llaman al proceso, fue un vuelco en la forma de hacer de los agentes y oficiales, dejando atrás años de quejas sobre el excesivo uso de la fuerza policial. Nuevas estrategias en función de la comunidad fueron implementadas en el protocolo de seguridad pública.

Rodríguez explica que no es a poner multas a lo que salen por primera vez los nuevos agentes formados para servir en Camden. Antes de cumplir la primera asignación, dice, ellos son vistos patrullando a pie los vecindarios con la única intención de presentarse a la gente, de tocar a sus puertas y que los conozcan por sus nombres.

Trabajando con la gente

“En este cambio hemos tenido más entrenamiento, hemos aprendido cómo manejar las situaciones en las calles, cómo trabajar con la gente a nivel social y hemos mejorado nuestra relación con la gente, con la comunidad. Hemos aprendido cómo lidiar con las situaciones difíciles sin tener que crear una crisis y la gente está confiando más en la policía”, explicó a la VOA Fernando Badillo, un oficial nacido en Nueva York de padres puertorriqueños y que ha dedicado 21 de sus 56 años al trabajo policial en Camden.

En 2019, el Departamento de la Policía de Camden adoptó una guía de 18 páginas creada por New Jersey University’s Policing Project, que establece elementos específicos sobre el uso de la fuerza y cómo puede ser usada al momento de interactuar con un presunto delincuente. En ese mismo año, según datos oficiales, los crímenes cayeron un 42% respecto al 2012, el año anterior a la reforma.