Un proyecto de combustibles que hace clic con la Economía Naranja

Por Juan Pablo Mateus, Gerente General de PQUA, especial para ABC de América

Con un pensamiento disruptivo, la generación y potencialización de conocimiento y cultura a través de las tecnologías, incluso industrias como la del combustible pueden hacer parte de la Economía Naranja para hacer de Colombia una nación emprendedora, en la que se generen empleos de calidad.

Cuando se piensa o se habla de Economía Naranja, el imaginario popular la asocia con el arte, la cultura, lo recreativo o el turismo. No es un concepto errado, va acorde a la definición que se puede encontrar en la página web de la Economía Naranja, en donde destacan que “la diversidad cultural y la creatividad son pilares de transformación social y económica del país”. Bajo esa idea, no parecen tener cabida industrias como la de combustibles; el simple hecho de mencionarlo causa cierto rechazo, porque la idea general es que el combustible y la Economía Naranja son incompatibles.

Sin embargo, es necesario pensar la Economía Naranja más allá de esos conceptos generales, hacer uso de un pensamiento disruptivo para encontrar la forma en la que se pueda ampliar el espectro para que sectores como el del combustible puedan hacer parte de ese modelo de desarrollo económico, que no solo ayude a reactivar la economía del país, sino que también genere empleos de calidad y que haga que las empresas sean más competitiva, gracias a los incentivos que entrega el Gobierno Nacional precisamente a las industrias que hacen parte de la Economía Naranja.

Para lograr esa disrupción hay que entender a profundidad el concepto de Economía Naranja, como fue definida en 2001 por John Howkins, conocido como el padre de la economía creativa (nombre que también recibe la Economía Naranja), quien estableció que la propiedad intelectual y la generación de ideas son lo que les da valor a los bienes y servicios. De esa misma forma, la ley 1834 de 2017, también conocida como Ley Naranja, establece como objetivo desarrollar, incentivar y proteger las industrias creativas y culturales, fundamentados en desarrollos de propiedad intelectual. 

Si entendemos cultura y propiedad intelectual como un conjunto de conocimiento y desarrollos científicos o industriales, podemos abordar y pensar formas innovadoras de desarrollar y generar conocimientos que, a su vez, fomenten nuevas formas de cultura, ayudando al crecimiento económico del país y a la generación de empleos de calidad. En ese orden de ideas, incluso la industria del combustible también puede ser parte de la Economía Naranja, pese a la estigmatización que tiene por la contaminación y porque la sostenibilidad se enfoca en formas de energía limpia.

La pregunta es ¿cómo puede entrar un proyecto de combustibles en la Economía Naranja?  Desde la experiencia particular de PQUA, que es considerado un emprendimiento de alto impacto, alineado con la Economía Naranja, puedo decir que nosotros vimos las constantes quejas a lo largo de la cadena de distribución de combustible, entonces buscamos desarrollar ideas innovadoras para entender esa problemática por medio de tres años de investigación, desarrollar soluciones disruptivas y una nueva cultura sobre el manejo y administración de combustibles. A partir de allí pudimos desarrollar también activos de propiedad intelectual, como marcas registradas, diseños industriales, patentes, modelos de utilidad, entre otros, que, además de ayudar a reducir costos operativos en las estaciones de servicio, permitió generar un cúmulo de conocimientos y cultura, que es el concepto fundamental de la Economía Naranja.

En ese proceso también entendimos la importancia del desarrollo de tecnologías, como la inteligencia artificial, la big data o el Internet de las cosas, entre otras, que se terminan convirtiendo en grandes diferencial y potencian el negocio, escalándolo incluso a niveles internacionales que, a través del licenciamientos de uso de patentes o de uso de marca, crea valor en una cadena, establece mecanismos de generación de negocios y potencia el crecimiento empresarial, además de generar empleos de calidad y bien remunerados.

Lo que confirmó que PQUA está dentro de la Economía Naranja es la cantidad de incentivos a las que hemos tenido acceso, como un fácil acceso a los créditos de Bancoldex, pertenecer a iNNpulsa Colombia y recibir recursos no reembolsables por medio de ALDEA, entre otros, que también traen consigo algunos compromisos, como generación de empleo formal de personas que trabajen en desarrollo tecnológico, diseño o consultoría técnica especializada, así como el de fomentar la investigación de distintas formas, como, por ejemplo, en nuestro caso particular, patrocinando a tres estudiantes sus proyectos de grado. 

Esta forma disruptiva de entender la Economía Naranja también permite que se aproveche la creatividad natural del colombiano para que, llevada a buen término y aprovechando los incentivos ofrecidos por el Gobierno Nacional, se potencie el emprendimiento del país, cuyo ecosistema ya es un modelo para la región, y se dé lugar a una nación emprendedora, que sea clave en la generación de empleos de calidad y en la reactivación económica, luego de los dificultades que se han desprendido de la pandemia por Covid-19.

Más Información Acerca de PQUA S.A.S:

Emprendedores de iNNpulsa Colombia, y con el respaldo de Dupont; ofrecen una solución integral a la cadena de suministro de combustibles, que brindan a las plantas de almacenamiento de combustible un sello de Certificación PQUA® PREMIUM QUALITY FUEL COMBUSTIBLE LIBRE DE BACTERIAS & PARTÍCULAS, y con la línea de productos TAIPAN.

Más Información Acerca de Taipan®:

Línea de productos de tratamiento antimicrobial para combustible Diésel & Gasolina; fabricado bajo los más altos estándares de calidad en la planta de producción de la compañía PQUA S.A.S, los productos TAIPAN han sido probados, verificando su compatibilidad con los componentes del motor, sin generar ningún efecto adverso sobre la calidad, integridad y el rendimiento del combustible u otros aditivos.