Por FRANCISCO RODRÍGUEZ GARCÍA, Director ABC de América
Por FRANCISCO RODRÍGUEZ GARCÍA, Director de ABC de América
Que Rodolfo Hernández haya obtenido casi 10 millones 300 mil votos en la segunda vuelta y haya obtenido la curul más votada en la historia para el Senado de Colombia no es ninguna casualidad, ni un hecho de poca monta.
Así sea desabrochado y controvertido hasta más no poder, este santandereano de 77 años fue quien mejor supo leer el actual momento político del país y afianzarse en la feroz lucha durante la segunda vuelta.
Portador de un discurso populista de derecha anticorrupción y de economía en los gastos del Estado, que logró conectar muy bien a través de las redes sociales, apático a los debates y a las entrevistas con los medios masivos de comunicación, salvo los que fueran escogidos a dedo por él, Hernández marca un antes y un después en la reciente historia política de Colombia.
Y mucho más, cuando de inmediato reconoció el triunfo de su enconado rival electoral de turno, Gustavo Petro, a quien también le anunció que no le hará oposición. “Llamé a Gustavo para felicitarlo por el triunfo y ofrecerle mi apoyo para cumplir con las promesas de cambio por las que Colombia votó hoy. Colombia siempre va a contar conmigo”.
Este es un mensaje que la Nación debe recoger de inmediato, porque ello quiere decir que los 23 millones de colombianos que votaron ayer, y los demás hasta completar las 50 millones de almas de este vibrante país, ganaron. Y contra todos los pronósticos y deseos, Colombia hoy es un país que resulta unido después de esta elección.
Hernández se ha destacado por propuestas encaminadas ha reducir costos al estado con el cierre de embajadas, eliminación de vehículos blindados y escoltas, así como mano dura contra los corruptos, pese a estar afrontando procesos por esa misma causa en su contra.
Ahora, como el Senador más votado de la historia, deberá honrar su palabra, que la tiene, y hacer equipo con sus colegas de Congreso y con el nuevo gobierno para también defender sus banderas. Atrás quedan el fragor, la intriga y los fuertes términos en que se manejó la más feroz de las campañas presidenciales.
Sí, Colombia eligió a uno de los senadores más viejos en su historia, lo cual más que un defecto, es el culto a refranes que a diario se repiten en este dinámico y sorpresivo país sudamericano: perro viejo late echado, o más sabe el diablo por viejo, que por diablo. Con Rodolfo Hernández se abre una nueva esperanza: ¡los viejos también somos parte del futuro de este país!.