Inestabilidad política, la perspectiva con la que Perú inicia 2023

MUNDO SPUTNIK

La sociedad peruana sigue demostrando su rechazo por los acontecimientos de los últimos meses. La fractura que ha golpeado todo el sistema político nacional ha repercutido en una total desconfianza del pueblo hacia la administración pública estatal. La presidenta del Perú, Dina Boluarte (Foto) timonea un barco en medio de la peor de las tormentas.

Las manifestaciones actuales se producen ante una fractura política que la sociedad ya no soporta, pero el fin de las protestas no significa la solución de la profunda crisis política entre el presidente y el parlamento, opinó Víctor Héifetz, profesor de Teoría e Historia de las Relaciones Internacionales en la Universidad Estatal de San Petersburgo y redactor jefe de la revista América Latina.

El experto subraya que el Parlamento aumentaría su tensión sobre Dina Boluarte cuando el descontento popular se vaya de las calles. En este momento, las protestas son “bastante altas, han llevado a un gran número de fallecidos y forzaron el aplazamiento de las elecciones previstas inicialmente para 2026 a 2024″. Sin embargo, existe la posibilidad de que las protestas se calmen.

“Otra cosa es que estas protestas no tengan un coordinador único, ni una fuerza política detrás. Esa es su debilidad, y esa es la esperanza de las autoridades. Las autoridades están esperando a que se disipen las protestas. Pueden durar una semana o meses, pero si no cuentan con un solo coordinador, tarde o temprano es probable que se queden en nada”, declaró Héifetz.

El experto prefiere no hacer hincapié sobre la duración cierta del descontento. Subraya, que su aumento podría producirse en momento de un fuerte incremento del número de víctimas. Las protestas pasarán a una fase cualitativamente diferente, como “puede que en algún momento cambie el ánimo de la opinión pública y algunos partidos políticos se nieguen a apoyar al gabinete. Pero hasta ahora esto no ha sucedido”.

La nueva presidenta ahora goza de soporte de las élites. Heifetz notó que estas se empeñan en demostrar al pueblo quién está en el poder en el país. Una vez finalizadas las protestas, la situación y las relaciones entre el Parlamento y la presidenta cambiarían. El Congreso, de acuerdo con sus palabras, sin duda va a tratarla de manera diferente.

“Sea quien sea el actual presidente, las relaciones entre el Parlamento y el presidente son tradicionalmente adversas en Perú. Los próximos meses en Perú serán inestables”, concluyó Heifetz.