Publicado en EL ECONOMISTA-COLOMBIA
La cadena de remodelaciones y reparaciones locativas en Colombia se encuentra a la espera de protocolos que se encuentran en elaboración en el ministerio de Vivienda, para reactivar un segmento que entre dar empleo informal a cientos de miles de colombianos y dinamizar una larga cadena de materiales e insumos. Informes Constructivos
Y, precisamente, con este sello de Informes Constructivos y el deber que le imponen sus principios editoriales como medio que debe contribuir objetivamente al desarrollo socioeconómico, inicia www.eleconomistaamerica.co una serie de contenidos, que en medio de las crudas realidades de la pandemia del Covid19, permitan ayudar a encontrar a empresarios, comerciantes, emprendedores y trabajadores las luces y caminos de solución, pues lo que está en juego hoy es la situación de miles de empresas colombianas, el empleo de muchas, pero muchas personas y, sobre todo, el sustento de millones de familias.
La cadena de reparaciones y remodelaciones en el país pasa por grandes superficies, depósitos de materiales, ferreterías y pequeños locales, dedicados exclusivamente a ese segmento de la construcción, y no solo tiene que ver con cementos, ladrillos, maderas, artículos de ferretería, pinturas, cortinas, cojines, cuadros, mano de obra, en fin, sino también con el bienestar de familias que ven allí una opción de mejora de sus comodidades personales y estado de ánimo.
Toda esta cadena, fácilmente puede mover al año en Colombia unos 5 billones de pesos, según cálculos de expertos de la construcción y el sector inmobiliario, por lo que se vuelve prioritario buscar una pronta reapertura, desde luego con el debido cumplimiento de los protocolos sanitarios y de bioseguridad que se vienen aplicando en otros frentes productivos que se han venido reactivando.
¡Pilas alcaldes!, dice exministro
De hecho, el exministro de Hacienda, Rudolf Hommes, estima que en Bogotá pueden trabajar de 70.000 a 100.000 obreros en remodelación y mantenimiento de edificios y otras construcciones, por lo que el experto economista llama la atención sobre la parálisis en que las medidas para enfrentar al Covid19 tienen totalmente paralizada esa actividad.
“Es hora de que publiquen los protocolos para que la gente pueda concluir sus proyectos de remodelación y modernización de sus viviendas. Hay muchos que han tenido que pagar arriendo e hipotecas. Pilas alcaldes”, dice Hommes.
Oportunidad en medio de la crisis
Justamente, al revisar un reciente informe de la Cámara de la Propiedad Raíz sobre el impacto del Covid19 en el sector inmobiliario colombiano, se estima que esta crisis le puede afectar, incluso hasta el año 2022, particularmente en los segmentos de vivienda nueva e inmuebles comerciales.
Por estos datos puede ocurrir que en un momento tan complicado como el que se está atravesando ahora y la compra de vivienda nueva se pueda complicar, además, porque los precios siguen altos, pudiera ser que la gente que tenía en mente invertir aplace esa idea y prefiera renovar sus espacios actuales, claro, en la medida en que la economía familiar se los permita.
Además, ante la imposibilidad de vender oferta nueva, una dinámica y eventual recuperación del mercado inmobiliario se reflejará en la oferta de edificaciones usadas, por lo que en forma consecuente, estará muy ligado a las remodelaciones, porque, en un alto porcentaje, quien compra usado opta por renovar sus nuevos espacios.
Otro dato interesante es que 50% de las cesantías de los trabajadores colombianos se invierte en comprar y remodelar vivienda.
De hecho, 3,2 billones de pesos se destinaron a comprar y remodelar espacios habitacionales en el 2019.
Ahorros laborales que se invierten
Sobre el particular, Daniel Vásquez Franco, presidente de Fedelonjas, recuerda que uno de los fines de ese ahorro laboral representado en las cesantías es, precisamente, que las familias puedan adquirir un techo propio.
“La recomendación es usar ese ahorro de manera muy responsable y, luego de analizar la capacidad de pago, evaluar si se invierte en remodelar la vivienda o adquirir un nuevo bien ya sea para tener la primera vivienda o para cambiar la actual y, por qué no, destinarla al mercado de los arriendos”, agrega.
“De hecho, la remodelación les permite a los miembros del hogar cumplir esa meta de disfrutar de la cocina o el baño de sus sueños mejorando su calidad de vida”, agrega el dirigente gremial.
Otra cifra que da una clara dimensión del uso de las cesantías, es que de los 39,6 billones que han retirado en el último año los trabajadores de menores ingresos, 20 billones se solicitaron para fines de compra y remodelación de vivienda.
“Para muchas familias también es prioritario destinar las cesantías al pago de su crédito hipotecario pues, ante un desempleo, lo que prefieren es proteger su techo propio mientras vuelven a encontrar empleo”, agregó el presidente de Fedelonjas.
Así pues, con estos calificados elementos y datos entregados a El Economista por expertos de los sectores construcción e inmobiliario, queda claro que reactivar esta cadena de remodelaciones de inmuebles y reparaciones locativas, no solo ayudará a solventar el sustento de cientos de miles de familias de bajos ingresos, sino que, además garantizará la supervivencia de muchas empresas y negocios, pero sobre todo de muchos puestos de trabajo.