COLOMBIA: Cormacarena desvirtúa falsas denuncias de Comisión Intereclesial y confirma cumplimiento de Poligrow en materia ambiental

Pese a transformar efectivamente desde hace una década el desarrollo socioeconómico de Mapiripán (en el centro de Colombia) continuos ataques y falsas noticias de una ONG denominada Comisión Intereclesial de Justicia y Paz intentan empañar su gestión. “En los últimos días, Cormacarena, una reconocida autoridad ambiental del país, desbarató en forma contundente una de las tantas mentiras que se inventa esa entidad”, confirmaron fuentes de la compañía.

Esta es la historia. A mediados del primer trimestre del año 2018, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz (CIJP) elevó queja y solicitud de protección a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por supuestas afectaciones ambientales de Poligrow Colombia a lo largo del proyecto productivo desarrollado por la compañía en el Municipio de Mapiripán, Meta.

poligrow cultivoLa Comisión Intereclesial intentó con falsas denuncias una sanción contra la multinacional Poligrow.

Tras haberse puesto en conocimiento de la autoridad ambiental competente y luego de haber realizado una exhaustiva investigación a distintas áreas de los cultivos de la Compañía, la Corporación para el Desarrollo Sostenible La Macarena, Cormacarena, evidenció y dictaminó que “no se encontraron actividades que afecten al medio ambiente o a los recursos naturales, por lo que no se configuró infracción en materia ambiental o daño a sus componentes naturales”.

Así lo confirma la resolución 2796 del pasado diecinueve (19) de octubre de 2018, mediante la cual se notificó a Poligrow, así como a la Procuraduría Judicial y Agraria del Departamento del Meta, la cesación del procedimiento y archivo del expediente.

“Las actuaciones de Cormacarena, en cumplimiento de su mandato legal y constitucional, desvirtúan en su totalidad las falsas e infundadas denuncias de la comisión Intereclesial de Justicia y Paz, que, incluso, escaló este ‘falso positivo’ hasta la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, intentando, una vez más, causar directamente daño a la compañía y a la comunidad de Mapiripán, donde esta es la única fuente de empleo formal de carácter privado, impactando en más de 80% su economía”, explicaron fuentes de la Dirección Jurídica de Poligrow.

Otro aspecto fundamental que dictaminó Cormacarena, valiéndose de imágenes satelitales y geotecnologías, es que no hubo afectación a comunidades indígenas como consecuencia del manejo de aguas, ya que estas pruebas tecnológicas confirmaron que el manejo se dio “sin tener intervención sobre algún área de las comunidades indígenas”.

Además, según confirma la resolución de Cormacarena, los análisis físico químicos, tanto en la fuente más cercana a la planta extractora como los realizados en diferentes caños, no se observó la presencia de contaminantes en los mismos, ni se observó muerte o quema de vegetación y/o pastizales en la plantación.

De acuerdo con directivos de Poligrow, que desde hace una década opera en Mapiripán, la decisión de Cormacarena a través de un proceso serio, metódico y acompañado de todos los elementos físicos y tecnológicos, desvirtuó en su totalidad las falsas denuncias de la CIJP, confirmando el cumplimiento íntegro de los rigurosos protocolos y procesos que desde el día uno de sus actividades implementa la compañía.

Ejemplo de sostenibilidad

El desarrollo de siembra de la palmicultora Poligrow ha sido sobre tierras utilizadas por ganadería extensiva que hoy llega a 6.800 hectáreas sembradas.

El proyecto se ha caracterizado por prácticas sostenibles y de respeto al ecosistema, con implementación de coberturas vegetales que ha dado lugar al enriquecimiento de los suelos, favoreciendo la presencia de especies como el venado coliblanco o el puma concolor.

Poligrow es miembro de RSPO (Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible) y tiene certificados sus procesos bajo los rigurosos estándares de sostenibilidad del Rainforest Alliance.

En ese mar color verde esperanza, como muchos denominan a Mapiripán, desde hace 10 años fue sembrada una semilla empresarial de progreso que transformó radicalmente la vida de Mapiripán.

Se trata de la agroindustria palmicultora Poligrow, una quijotesca aventura que se ha convertido en la única gran fuente de empleo formal de carácter privado y que, dicho sea de paso, permitió reconstruir el tejido social de una comunidad abandonada, maltratada y desplazada por todos los actores de violencia.

En 2008 por gestión de ProColombia se facilitó y acompañó la llegada de esta compañía que buscaba, por un lado, traer sus recursos con el objetivo definido de impactar positivamente una zona conflictiva del país, pero también una extensión en la altillanura para sembrar palma de aceite con un proyecto pensado a más de 60 años y con una inversión que hoy supera los US$70 millones de dólares.

“Con la llegada de este proyecto agroindustrial de alto impacto, las condiciones socioeconómicas han cambiado y se le aporta 80% a la economía mapiripense”, explica Carlos Montenegro, Director del Centro de Estudios de la Orinoquia de la Universidad de los Andes (la octava entre las 10 más importantes de Latinoamérica).

Con la presencia del proyecto se generó un punto de inflexión; se comenzó a vivir una nueva era en la legalidad, atrás quedaron los cultivos ilícitos y hoy, más del 80% de la fuerza laboral de Mapiripán está empleada por Poligrow en labores de siembra, recolección y producción de aceite de palma, con más de 650 plazas laborales, entre las que se cuenta un centenar de puestos de trabajo para las comunidades indígenas, con contratos formales, pero respetando absolutamente sus costumbres ancestrales.