La policía de Seattle convergió en la zona de protesta “ocupada” de la ciudad la madrugada del miércoles después de que la alcaldesa Jenny Durkan emitió una orden para que los manifestantes abandonaran el área.
Los manifestantes habían ocupado varias cuadras alrededor de un parque y el Recinto Este del Departamento de Policía de Seattle durante aproximadamente cuatro semanas después de que la policía abandonó el edificio, luego de enfrentamientos con manifestantes que pedían justicia racial y el fin de la brutalidad policial.
La policía dijo que la medida del miércoles está diseñada para proteger al público. Los manifestantes en el barrio de Capitol Hill respondieron con cánticos y llamadas para que los dejaran en paz.
“Desde que comenzaron las manifestaciones en el área de East Precinct el 8 de junio, dos adolescentes han sido asesinados y tres personas resultaron gravemente heridas en tiroteos nocturnos”, dijo la policía de Seattle en Twitter.
La policía también ha documentado robos, asaltos y otros crímenes violentos.
Los oficiales estarán equipados con equipo de protección adicional mientras intentan despejar las calles.
La radio KUOW informó que a las 5:30 a.m., la policía había realizado al menos 10 arrestos. Las barricadas de cemento que permanecieron frente al edificio del Recinto Este del Departamento de Policía de Seattle el martes fueron fortificadas por los manifestantes con trozos de concreto y lonas.
Los críticos, incluido el presidente Donald Trump, han llamado cada vez más a retirar a los manifestantes de la zona de “protesta ocupada de Capitol Hill”, al este del centro de la ciudad, tras el tiroteo fatal el lunes de un adolescente de 16 años y el asesinato el 20 de junio de un joven de 19 años.
Los manifestantes dicen que no se les debe culpar por la violencia en el área. Los manifestantes continuaron agregando obras de arte, flores y velas en un monumento conmemorativo para el joven de 16 años el martes.
La jefa de policía, Carmen Best, dijo que los disparos están ocultando el mensaje de justicia racial promovido por los manifestantes.