“Tarde o temprano, legalmente y limpiamente y públicamente, tenemos que entrar con la hoja de coca a todos los países del mundo, porque nosotros podemos demostrar que la coca es alimento y es medicamento”, dijo el jefe de Estado en el acto de celebración del Día Nacional el Acullico (masticado) de la Coca.
Morales participó en la concentración de los campesinos productores de coca de Los Yungas, en el departamento de La Paz (noroeste), donde reivindicó las bondades alimenticias y medicinales de esta planta.En ese marco sostuvo que la “hoja de coca no es cocaína” y que la lucha de los productores no solo fue por la economía que genera este producto, sino por la identidad de los pueblos originarios de Bolivia.
“No solamente hemos defendido la hoja de coca como parte de nuestra economía, sino como parte de una producción agropecuaria; hemos defendido la hoja de coca como nuestra identidad”, remarcó el mandatario.
En 2016, el Gobierno aprobó la ley que declara el 11 de enero Día Nacional del Acullico de la Coca en homenaje a que en 2013 Bolivia volvió a adherirse a la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, luego de haber logrado el reconocimiento al derecho al consumo tradicional de la hoja.
“La hoja de coca para la cultura occidental era cocaína, era veneno”, continuó Morales al recordar que Estados Unidos desató la lucha contra la planta “para seguir agrediendo con sus políticas de exterminio al movimiento indígena”.Según Morales, el consumo de la coca en su estado natural se extiende no solo en Bolivia, sino en otras naciones de la región sudamericana y en Estados Unidos.
En marzo de 2017, el Gobierno boliviano promulgó la Ley General de la Coca, que reconoce 22.000 hectáreas de cultivos legales de esta planta.