!URGENTE! Iván Duque y Gustavo Petro van a segunda vuelta presidencial en Colombia

Prácticamente con el 99,40% de las mesas electorales contabilizadas en Colombia, es una certeza que por primera vez en la historia del país la presidencia se disputará en segunda vuelta entre un derechista, Iván Duque y el aspirante de izquierda, Gustavo Petro.

Así las cosas, el juego queda abierto y ya dependerá de las sumas que logre cada uno de los dos aspirantes que quedan en contienda para saber quien se queda con el cargo de Juan Manuel Santos, el hombre que logró la paz con las Farc.

De Centro Democrático

Iván Duque es el candidato único del Centro Democrático a la Presidencia de la República tras ganar con 4 millones de votos la Gran Consulta por Colombia, celebrada el 11 de marzo de 2018.

Empezó su carrera profesional en 1999 como consultor en la Corporación Andina de Fomento (CAF) para luego desempeñarse como asesor en el Ministerio de Hacienda durante el gobierno de Andrés Pastrana.

Se destaco? por su capacidad para negociar y construir soluciones convenientes para los 48 países miembros de la organización. Además, negoció créditos externos para Colombia, por más de $8.500 millones de dólares entre 2002 y 2010, y para Perú y Ecuador por $4.000 millones de dólares en el mismo periodo.

Regresó a Colombia para servir como Senador. Desde su curul ejerció una valiosa labor de oposición al Gobierno de Juan Manuel Santos y fue reconocido por dos años consecutivos como el mejor senador de Colombia.

Como asesor internacional del expresidente Álvaro Uribe Vélez, se dedicó a promover la defensa de la democracia y la promoción de Colombia en el exterior. Entre 2010 y 2011 fue asesor en Naciones Unidas del Panel de Investigación del Incidente de la Flotilla del 31 de mayo de 2010, entre Israel y Turquía, conocido como Mavi Marmara.

Además, ha sido autor de cuatro Leyes de la República: 1) Aumento de la licencia de maternidad, para mejorar la calidad de vida de nuestras madres trabajadoras. 2) Instalación de desfibriladores en establecimientos, públicos para salvar vidas. 3) Uso de cesantías en seguros educativos, para que más familias puedan enviar sus hijos a la universidad. 4) Ley Naranja, para la promoción de la economía creativa y la protección de la cultura.

Petro, izquierda con opción de poder

Gustavo Petro nació en Ciénaga de Oro, Córdoba, en una familia humilde. Se crió y educó en Zipaquirá (Cundinamarca) La Salle colegio público, el mismo donde estudió el Nobel Gabriel García Márquez.

Siempre tuvo el primer lugar en rendimiento académico y logró uno de los mejores puntajes del ICFES a nivel nacional. Terminó sus estudios de economía, en la Universidad Externado de Colombia, becado.

A los 21, Gustavo Petro fue personero y a los 22 concejal independiente de Zipaquirá. Desde allí se vinculó al M-19, un movimiento guerrillero, al tiempo apoyó la construcción autogestionada de un barrio en Zipaquirá, el “Bolívar 83”.

Este programa de gobierno apuesta a la construcción colectiva de un futuro para Colombia basado en el compromiso para superar las desigualdades que persisten en nuestro país, dando énfasis a la protección de la primera infancia y la realización de los derechos a la salud y la educación.

Este último se erige en condición para asegurar la inclusión creciente de las y los jóvenes como sujetos activos de su proyecto de vida y en componente esencial de la construcción de una sociedad del saber.

Se adoptarán cambios en el modelo económico para avanzar hacia una economía productiva, articulada a una estrategia integral de adaptación al cambio climático.

La protección de la biodiversidad de nuestro país estará en el centro de las políticas de desarrollo: el primer paso en tal sentido consistirá en superar los impactos ambientales, económicos y sociales resultantes del retorno a un modelo extractivista y deforestador que llevó, aunado a la tercerización de los sectores financieros y de servicios, al debilitamiento del aparato productivo nacional en los ámbitos industrial y agropecuario.

Construcción de la paz

Una cosa es terminar la guerra y otra muy distinta hacer la paz. Ahora, además de silenciar las armas, debemos potenciar la voz de las mujeres, niñas y niños, jóvenes, campesinos; la voz de todos los pueblos indígenas y afrodescendientes, trabajadores, empresarios, víctimas, población LGBTI, adultos mayores, personas en situación de discapacidad, la voz de cada habitante de nuestra Colombia.

Para lograrlo emprenderemos las reformas que por años han sido negadas por una sociedad excluyente, haciendo énfasis en la justicia, la política, la salud, la educación y la economía en beneficio de la gente, toda la gente.

El ordenamiento territorial democrático y equitativo será transversal al fortalecimiento de lo público, a la superación de brechas de desigualdad regionales y entre lo rural y lo urbano, a los propósitos de protección ambiental y a una estructura tributaria progresiva que redistribuya las rentas del desarrollo urbano y contenga los procesos expansivos y especulativos del crecimiento urbano.

Nuestro gobierno reforzará las capacidades de acción pública y de incidencia de actores sociales diversos, de las múltiples regiones, culturas y ciudadanías que conforman nuestro proyecto de nación. Lo que hemos llamado constituyentes territorializadas debe entenderse como el reto de hacer realidad, más que un gobierno participativo, un gobierno que se constituye a partir de las demandas y las propuestas de dichos actores.

Ellos tendrán la posibilidad de interpelar los espacios de la democracia representativa, como mínimo en aspectos claves como el ambiente, el ordenamiento territorial y los impactos de los grandes proyectos económicos y de inversión, como los mineros, la construcción de infraestructuras, la distribución de la inversión regional y el derecho a permanecer en el territorio.

Contra la exclusión

La Colombia Humana luchará contra las distintas formas de exclusión. Para lograr este propósito es necesario que aflore el sentimiento de la simpatía y que entre todos seamos capaces de entender la realidad desde la perspectiva del otro.

Este programa de gobierno convoca a todas las personas a reconocer que superar la desigualdad es una tarea común y que lograrlo nos hará mejores como sociedad. Por lo tanto, en lugar de ser asumido como un problema de enfrentamiento de clases, tiene que serlo como una tarea común ineludible para confluir en proyectos y sueños compartidos.

Somos uno de los países más desiguales del planeta; por eso, la superación de las desigualdades debe sobreponerse a las políticas que apenas apuntan a la reducción de la pobreza. La actitud de comprensión y escucha a la que apelamos constituye el fundamento de decisiones colectivas que llevarán a la consolidación de una sociedad incluyente.

En ese marco, la Colombia Humana apuesta por el desarrollo de las capacidades y la autonomía de las personas, y en ellas basa la realización personal, la construcción de comunidades reconciliadas y justas, la estabilidad institucional y el desempeño económico.

Este programa de gobierno contiene los lineamientos esenciales y las propuestas centrales de la Colombia Humana que serán defendidos en el debate electoral de 2018. No pretende cubrir la totalidad de las políticas y programas que orientan la acción pública, la articulación con el sector privado productivo y con los actores sociales, sino transmitir a la ciudadanía los énfasis de nuestra propuesta política e institucional.

Son los puntos básicos a los que nos comprometemos con las y los colombianos. Habrá continuidad en aquellos aspectos que la deliberación ciudadana amplia reconozca como positivos, mejoras y refuerzos de lo que sea necesario y transformación de fondo de lo que sea necesario, como lo explicita este programa de gobierno.

Durante la campaña que se inicia con la inscripción de este programa, estaremos abiertos a la voz de los distintos actores sociales para desarrollarlo y concretarlo, como punto de partida de la posterior elaboración de un Plan de Desarrollo ampliamente participativo en todos los espacios del país. Este será un primer paso para un gobierno que dará la voz a las regiones y a sus organizaciones, a los campesinos, a pueblos indígenas y afrodescendientes y sus autoridades, a los rrom, a la relación de las ciudadanías diversas con los gobiernos territoriales y con el gobierno nacional, así como a la construcción de acuerdos sociales que legitimen las propuestas de transformación social que moviliza la Colombia Humana.