Pequeños productores de aceite de palma colombiano, en las grandes ligas del mundo

A través de un nuevo programa de sostenibilidad para el sector palmicultor, este sueño comercial  es posible

Por Lourdes Molina Navarro

Especial para ABC de América

“Los pequeños productores de palma de aceite en Colombia nos interesan mucho porque no tienen las ventajas comparativas de los más grandes en materia comercial,  y queremos  que su producto trascienda los escenarios mundiales con un alto nivel de sostenibilidad; sin embargo  para que esto sea realidad, el mundo tiene que llegar a ellos y es nuestro propósito al estar aquí, ése es el plan y queremos participar de hacerlo”, fueron las palabras para ABC de América de Charlie Libby, Director de Aceites de Wilmar International para Norte y Latinoamérica.

Manifestó que de acuerdo con las políticas de Wilmar, este es un nicho que quieren atender con preferencia, “toda vez que la producción de aceite de palma está creciendo en Colombia y nuestra compra también está aumentando”, al tiempo que ratificó su decisión empresarial de apoyar a los pequeños productores y a las plantas extractoras, en el camino de lograr que su aceite pueda llegar más fácilmente al mercado mundial.

¿Qué hace Wilmar en el mundo?

Charlie Libby: Wilmar International es una multinacional asentada en Singapur, con 25 años de operaciones y es el comprador más grande de aceite de palma en el mundo, ganando participación también en Latinoamérica. Adicionalmente la empresa está en varias líneas de productos agropecuarios ya que disponemos de molinos de trigo, molinos de arroz y comercializamos azúcar, entre otros. A partir de 2016, la compañía se propuso fortalecer el renglón agrícola con este tipo de programas, desarrollando en Honduras un piloto llamado WISSH, el cual  se adelantó con más de 3.000 productores. Uno de los postulados de la firma es contribuir al desarrollo de una agroindustria sostenible de palma de aceite en el ámbito de la globalización.

¿Por qué se escogió a Colombia para proseguir con su iniciativa de negocio?

C.L.: Desde Wilmar escogimos a Colombia porque el país es uno de los productores más grandes del mundo, después de Malasia e Indonesia y vemos un potencial de crecimiento también muy significativo, además de un aumento en el volumen de exportaciones que es nuestro negocio. Igualmente, como he explicado, nos gusta que no solamente hay grandes productores sino medianos y pequeños, que pueden tener 10 o 15 hectáreas cultivadas en palma de aceite y nuestro foco de interés precisamente son los pequeños cultivadores y ayudarlos a llegar a un alto nivel de sostenibilidad mundial. En el caso de Colombia, tenemos previsto comenzar el programa en el mes que está corriendo, mediante un proceso de capacitación que, al finalizar 2017, habrá trabajado con 215 productores e involucrado a 26.000 hectáreas de cultivo, aproximadamente.

¿Cuál es su percepción de hacer negocios en Colombia?

C.L.: Colombia es un país bien ubicado geográficamente y bien posicionado como socio de negocios y lo que buscamos en el país es poder exportar a África, a India, a Europa y trabajar con los comercializadores, es decir comprar y enviar el producto colombiano al mundo, porque hay la calidad requerida para hacerlo.

¿Cuál es su proyección del mercado?

C.L.: Vemos a Colombia como un país con un mercado creciente y nuestras expectativas de producción en aceite de palma van siempre en aumento y por eso estamos interesados en lo que está pasando aquí en lo que respecta a dinámica productiva, comercial y exportadora.

¿Cómo se conecta el programa de capacitación con una plataforma de comercio sostenible y así mismo la cadena de suministro productor-consumidor?

C.L.: Esta conexión se logra hacer por medio de WISSCo, un programa de capacitación de Wilmar International que llegó a Colombia a través de una alianza con la Plataforma de Comercio Sostenible, -PCS-, la cual tiene como objetivo evitar la deforestación, disminuir la degradación de los suelos previniendo la plantación en turba y mejorar las condiciones de trabajo y de vida de las personas y comunidades donde está sembrada la palma de aceite. Cabe señalar que este programa hace parte de los esfuerzos de la Plataforma de Comercio Sostenible para integrar la cadena de suministro desde el productor hasta el consumidor.

¿Cuál es la zona de Colombia seleccionada, en primera instancia, y cuáles son las empresas?

C.L.: Esta iniciativa se llevará a cabo con medianos y pequeños productores localizados en la zona Oriental del país y proveedores de fruto de palma a nueve extractoras ubicadas en los departamentos de Meta y Casanare. Nuestro gran propósito es impactar positivamente a estos cultivadores y su área de influencia, en el mejoramiento de las condiciones laborales y de calidad de vida, los cuales se capacitarán en la política de sostenibilidad desarrollada por Wilmar. Entre las extractoras que participarán de este programa figuran: Entrepalmas, Oleaginosas San Marcos, Extractora Sur del Casanare, Manuelita, Hacienda la Cabaña, Agropecuaria Santa María, Unipalma, Alianza del Humea, y Guaicaramo.

Otras voces

A su turno, María Goretti Esquivel, Gerente del programa de Palma en la Plataforma de Comercio Sostenible explicó que la finalidad de éste no solo es cumplir con una política establecida sino lograr que los productores utilicen las herramientas que provee Wilmar en aras de atender los requerimientos empresariales pero igualmente avanzar hacia la sostenibilidad, desarrollando sus propios procesos. “Este programa no es para cumplirle a nadie, es para cumplirnos a todos porque si no somos sostenibles todos perdemos” precisó.

De igual forma, Carlos Andrés Arias, Director comercial de la Extractora Sur del Casanare, expuso que el programa representa para la empresa metense una oportunidad de avanzar en su proceso de transformación y subrayó que “todo el apoyo que puedan recibir los pequeños palmicultores hacia su sostenibilidad, por parte de empresas amigas, va a ser bienvenido, especialmente en un universo de consumidores que cada vez demanda más dicha condición y es muy positivo que los cultivadores estén en capacidad de entenderlo y ofrecerla”.