Palmicultura colombiana, el muro que le pone freno a los cultivos ilícitos

Por FRANCISCO RODRÍGUEZ GARCÍA, Director ABC de América.

La palmicultura colombiana ha logrado tal nivel de desarrollo, que hoy por hoy se convierte en un fuerte y poderoso muro de contención de los cultivos ilícitos, demostrando a la región y el mundo que este tipo de agricultura no solo es sostenible, sino que, además, brinda opciones reales a los campesinos en el marco de la legalidad. Así lo explicó el presidente de Fedepalma, Nicolás Pérez Marulanda, (en la foto principal) al presentar un balance de lo que fue el desempeño del sector el año inmediatamente anterior.

Para citar solo dos ejemplos, en Tibú, una convulsionada región al nororiente de este país sudamericano limítrofe con Venezuela y objeto de toda una mezcla de confrontaciones entre grupos ilegales que se disputan espacios y rutas del narcotráfico, prosperan cerca de 35.000 hectáreas de cultivos de palma de aceite, una apuesta seria y decidida de empresarios del campo que están firmemente convencidos que se pueden desarrollar negocios legales.

El otro ejemplo es Tumaco, una zona al otro extremo de Tibú, en las costas del Pacífico, donde no solo la palmicultura ha enfrentado la adversidad de la economía ilícita, sino que también se ha recuperado del fuerte impacto que hace unos años le generó la pudrición de cogollo, una enfermedad que afecta a los cultivos palmeros. Allí se puede contar un número similar de hectáreas de palma de aceite, algo que confirma las bondades del cultivo de palma de aceite y su gran proyección, no solo en el país sino en toda América.

Adicionalmente, el dirigente gremial, advirtió que la palmicultura es muy fuerte y sólida para enfrentar los ciclos de gobierno con sus consecuentes políticas, en razón en que se trata tanto de un cultivo como de una inversión a largo plazo, pues recordó que ya en Colombia se ha pasado de variedades con 30 años de producción a nuevas de hasta 40 años, lo que la hace resistente ante cualquier eventualidad, al tiempo que hoy por hoy es un cultivo determinante para la generación de empleos e ingresos al país por concepto de exportaciones.

EL BALANCE PALMICULTOR

La producción de aceite de palma superó las 1.706.000 toneladas en los últimos 12 meses, al mes de noviembre, lo que significa un aumento de la producción de 9 % para 2021, cifra récord de producción nacional, frente a las 1.559.000 toneladas en 2020, según estadísticas dadas a conocer por la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma.

De acuerdo con Nicolás Pérez Marulanda, Presidente Ejecutivo de Fedepalma, 2021 se perfiló como un excelente año en materia de producción, dado que, a noviembre de este año, la cuenta estaba en 

147 mil toneladas promedio mensuales, evidenciando el repunte frente a 2020, cuando este promedio se ubicó en 130 mil toneladas por mes.

Con estos resultados se estima que el valor de la producción del sector palmero colombiano estaría en alrededor de $7,5 billones para 2021, mostrando un crecimiento de 80 % respecto a 2020.

El balance presentado por Nicolás Pérez proyecta un panorama muy alentador para la palmicultura en este 2022.

De igual modo, las ventas de aceite de palma al mercado local continúan reflejando una positiva dinámica y atendiendo de manera apropiada los requerimientos tanto de segmentos de usos comestibles como no comestibles. Es así como las ventas locales de aceite de palma que llegaron a 848 mil toneladas en 2020, estarían en alrededor de 1.200.000 toneladas al finalizar 2021, registrando un incremento de 41,4 %.

Por su parte, las ventas al mercado externo de aceite de palma para el año en curso se ubicarían en alrededor de 510 mil toneladas, lo que implicaría un valor total estimado de USD $565 millones, expuso el dirigente gremial. Con estos resultados, el aceite de palma se ubicaría como el principal renglón de las exportaciones no tradicionales agropecuarias.

Los precios internacionales del aceite de palma en Europa, al igual que los de otros commodities, que en promedio estuvieron en USD $710 por tonelada en 2020, alcanzan un promedio en lo corrido de este año de USD $1.199, lo que implica un crecimiento de 68 %.

Esto, en razón al menor dinamismo de la producción de aceite de palma en el ámbito mundial, particularmente en Malasia, el segundo productor global, y la fuerte demanda de aceites y grasas debido al auge de los biocombustibles y a la recuperación económica que viene registrándose luego del avance de los procesos de vacunación en diferentes países del mundo.