No “chilenizar” la protesta social en Colombia

Tomado de ElEconomistaAmerica.co

Francisco Rodríguez elEconomistaAmérica.com | Colombia

La invitación desde estas líneas es a que ese 21 de noviembre la cordura supere a la anarquía y la protesta pacífica se convierta en un ejemplo, no solo para la región sino para el mundo.

Con todo el cariño y respeto que se le tiene al pueblo chileno y ante los anuncios de un paro nacional en Colombia el próximo 21 de noviembre, es muy pertinente advertir con toda oportunidad que no se debe “chilenizar” la protesta social en nuestro país.

Es decir, ante la avalancha de convocatorias y falsas noticias en las redes sociales, es preciso señalar que las dificultades del momento del país no pueden ser la excusa perfecta para quienes, por las vías de hecho, quieren aprovechar el desorden lo que tantos años ha costado construir a los colombianos.

Cuando se ataca a personas, sean civiles o uniformados, o a los bienes públicos y privados, se está atentando contra los más preciados patrimonios de una Nación, que a pesar de todas sus dificultades, siempre ha sabido superarlas con creces.

Es por ello que la invitación desde estas líneas es a que ese 21 de noviembre la cordura supere a la anarquía y la protesta pacífica se convierta en un ejemplo, no solo para la región sino para el mundo.

No podemos bajo ningún punto de vista permitir que la histeria colectiva se apodere de manifestaciones, que si bien podrán tener todo el fundamento del mundo, pueden llevar a situaciones y problemas mayores.

Al ser testigo audiovisual de la reciente revuelta chilena, que he tenido la oportunidad de seguir atentamente desde su inicio, no deseo para nada una suerte similar para Bogotá y nuestras ciudades colombianas, pues lo que ha salido a flote en el país del sur, es, por un lado una justa protesta social, pero por el otro, una incontenible avalancha de vandalismo, que no reivindica absolutamente nada.

Corresponderá entonces a todos los actores y estamentos de la sociedad colombiana, consolidar una estrategia de protesta pacífica y respetuosa, pues ya se ha demostrado que a través del diálogo y la concertación es posible hasta lo imposible y que todas las diferencias tienen espacio en el espectro colombiano de opinión.