Niños separados de sus padres, cruel secuela de la migración venezolana

Uno de cada cuatro niños migrantes venezolanos está separado de sus padres durante la pandemia: World Vision La niñez venezolana entre la espada y la pared: Migración y Covid-19.

World Vision, ha publicado una investigación que advierte que los niños y niñas venezolanos desplazados corren un mayor riesgo de pobreza y explotación a medida que miles vuelven a desarraigar sus vidas para buscar seguridad durante la pandemia. Más de 5,1 millones de venezolanos han huido de años de crisis económica y política a países de América Latina donde ahora enfrentan una doble problemática debido a la COVID-19.

El estudio Migración y COVID-19: Niñez venezolana entre la espada y la pared, en el que participaron 392 niños y niñas en seis países de acogida y en Venezuela, encontró:

–           Uno de cada cuatro niños ha sido separado de sus padres durante el brote de coronavirus.

–           Uno de cada tres niños se acuesta con hambre.

–           El 60% de los niños informaron un aumento de la xenofobia y discriminación contra ellos durante la crisis por la COVID-19.

–           El 63% informa que no puede continuar sus estudios durante la pandemia, incluyendo el 77% de los niños y niñas que viven en Brasil.

–           34% dijeron que no tienen acceso a servicios de salud.

–           El 20% dijo que no tienen acceso a agua y jabón para mantener una buena higiene durante la cuarentena.

Alojamiento barato y refugios

Debido a la pérdida de ingresos, el 63% de las familias han tenido que buscar alojamiento más barato, encontrar un refugio o estar en la calle. Otro 28% está en riesgo de desalojo debido a la incapacidad de cubrir la cuota de arrendamiento.

Esto pone de relieve las crecientes vulnerabilidades a las que se enfrentan la niñez migrante a medida que la pandemia por la COVID-19 aumenta la presión sobre las economías y los gobiernos ya frágiles de la región.

“Los niños y niñas migrantes ya se encontraban entre los más vulnerables del mundo antes de que llegara la crisis de salud”, afirmó Joao Diniz, Líder Regional de World Vision para América Latina y el Caribe. “Los padres y madres han perdido sus empleos, las familias están siendo desalojadas de sus hogares, la xenofobia está en aumento y muchos niños no saben de dónde vendrá su próxima comida. Este estudio pinta una imagen desalentadora de la realidad en la que muchos niños viven hoy”, agregó.

“Las medidas tomadas para detener la propagación de COVID-19 en la región, aunque de importancia crítica, están obligando a las familias a mudarse porque ya no pueden llegar a fin de mes. Nuestros colegas informan sobre la gran afluencia de personas que duermen en las fronteras o cruzan sin documentación, haciendo que los niños sean extremadamente vulnerables al abuso y la explotación. Sabemos que la trata de personas y el abuso sexual están ocurriendo y tememos que muchos casos no se detecten durante el caos de la pandemia”, puntualizó Diniz.

Por todo Sudamérica

El estudio se realizó durante el mes de abril en Colombia, Brasil, Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia y Chile. Actualmente, siete millones de personas necesitan asistencia humanitaria dentro de Venezuela y fuera del país, más de 3,6 millones de niños y niñas necesitan servicios de protección, según el plan de respuesta actualizado de las Naciones Unidas a la crisis de Venezuela. Eso es 400 mil personas más de las que necesitaban protección a fines de 2019.

Debido a la pandemia por la COVID-19, World Vision ha adaptado su trabajo existente para ayudar a 50 mil de las personas más vulnerables en Venezuela al abordar necesidades urgentes como alimentación, educación, agua, saneamiento e higiene. Para ello, la organización humanitaria está proporcionando alimentos, transferencias de efectivo, materiales educativos, y artículos que permiten el acceso al agua, al saneamiento y a una higiene adecuada.

En asociación con organizaciones locales y líderes religiosos, los programas de alimentación, medios de vida, protección infantil y educación de World Vision ya han beneficiado a más de 250,000 personas en los países de acogida.

“Al conmemorar el Día Mundial de los Refugiados, es vital que intervengamos en la dura realidad que enfrentan tantos niños y niñas obligados a abandonar sus hogares. Es una crisis muy grave”, afirmó Dana Buzducea, Directora de Incidencia y Compromiso Público de World Vision International. “Los niños se van a la cama con hambre y demasiados corren un grave riesgo de abuso y explotación. World Vision y otras agencias de ayuda continuarán trabajando con familias vulnerables mientras luchan contra los impactos secundarios de la COVID-19, pero no podemos hacerlo solos. La comunidad internacional debe proporcionar los fondos necesarios para apoyar a estos niños y protegerlos de peligros inimaginables”, concluyó Buzducea