Identifique en cinco actitudes si usted es propenso a la ludopatía

La mayoría de personas ven en el juego un escape a sus preocupaciones diarias, una actividad que se resume en un par de horas de diversión y esparcimiento.

Sin embargo, para otros muchos estar sentados por horas frente a las máquinas electrónicas tragamonedas o las ruletas es sinónimo de una adicción que, en muchos casos, puede conducir a la ruina financiera, y en el peor de los escenarios, a la personal.

El juego patológico, la ludopatía o el trastorno de juego, ya es considerada como una enfermedad mental a nivel mundial.

Entre sus principales síntomas sobresale la preocupación por el juego, la necesidad de jugar con cantidades crecientes de dinero, la inquietud e irritabilidad que se genera cuando se intenta interrumpir o detener la actividad, su utilización como mecanismo distractor de los problemas cotidianos y la tendencia a la mentira para ocultar el problema o para conseguir dinero y seguir apostando.

En el país se está desarrollando una gran estrategia para promover una cultura de juego responsable liderada por Coljuegos.

Desde estas acciones se llevan a cabo campañas informativas para que los jugadores asuman una actitud responsable, y comprendan que los Juegos de Suerte y Azar son una actividad de entretenimiento.

“Estamos trabajando en una estrategia sin precedentes para promover el juego responsable en Colombia de la mano de los gremios y los operadores”, afirma Juan B. Pérez Hidalgo, presidente de Coljuegos.

Cinco conductas

Por eso, si en su día a día tiene dudas sobre qué es la ludopatía, si siente que está jugando en exceso o tiene sospechas de que presenta adicciones a los Juegos de Suerte y Azar, entonces debe tener en cuenta las siguientes señales de alerta.

1. Si ha intentado alguna vez dejar de jugar y no ha sido capaz de hacerlo: muchas personas, en el fondo, son conscientes de que tienen un tipo de adicción y aunque intentan dejar de lado esta práctica, sus intentos son nulos.

2. Si ha tomado alguna vez dinero de su casa para jugar o pagar deudas: llega un punto en el que a los jugadores no les interesa de dónde provenga el dinero, si tienen que tomarlo prestado o, en ciertos casos, robarlo. Para ellos lo importante es tener la cantidad suficiente para salir a apostar.

3. Si ha perdido relaciones interpersonales significativas, oportunidades laborales o educativas por el juego: el comportamiento que el jugador empieza a tener en su casa y en su entorno profesional, bien sea en una oficina o en un salón de clases, lo llevan a perder amigos, familiares e incluso su posición en una compañía.

4. Si se ha sentido culpable por jugar o por lo que ocurre cuando juega: una vez terminan sus jornadas de juego, muchos de estos jugadores se llenan de sentimientos de tristeza, enojo, frustración y remordimiento. Sin embargo, su fuerza de voluntad es poca y al día siguiente vuelven a entrar al casino a seguir con su rutina.

5. Si apuesta para poder recuperar lo que ya ha perdido: muchos de los jugadores piensan que apostar es la solución a sus problemas financieros, por eso, y con la esperanza de ganar más y recuperarse, siguen jugando.

Recuerde que los jugadores recreacionales juegan por diversión y hacen uso de poco dinero para pasar un buen rato. Los adictos apuestan por razones distintas al entretenimiento, casi siempre intentando escapar de la ansiedad que le generan sus problemas.