En Colombia cafeteros del Huila alertan que ingresos no permiten cubrir sus deudas

  • Los cafeteros del Huila aseguran que el deterioro en la cartera es la consecuencia de una lánguida remuneración que no paga costos de producción ni las deudas bancarias.

  • La ecuación es elemental, una taza de café a razón de diez mil pesos debe multiplicarse por 50 con lo cual se puede estar hablando de 500.000 pesos por libra.

Los caficultores del Huila encendieron las alertas por el deterioro de la cartera con los bancos y precisaron que éste puede ser un caso que ya hace metástasis en el grueso de la caficultura nacional.

El sector sufre por las bajas cotizaciones en Nueva York y por un precio interno de compra que no llena las expectativas de un negocio que sigue en franco deterioro.

El Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila, Jorge Enrique Montenegro, informó que resultan lamentables los reportes que hoy se entregan por parte de las entidades financieras y del mismo Banco Agrario de Colombia por el deterioro que es visible a la fecha en la cartera agropecuaria y puntualmente en la parte cafetera.

Expuso que el índice de cartera vencida aumenta preocupantemente con el pasar de los días con el inconveniente saldo para los caficultores en el sentido de no poder acceder más al crédito para potenciar o salvar sus cosechas.

Montenegro explicó que la deuda cafetera y su dificultad es un espejo de lo que ocurre con la producción cafetera y con los precios del café.

Sostuvo tajantemente que si bien hay un problema grave, lo cierto es que no es que el cafetero quiera obviar sus obligaciones o entrar por el sendero de la cultura del no pago, aclaró que sencillamente sus ingresos no le dan para pagar.

Mejor cosecha, menor precio

Explicó que al hacer análisis sobre la realidad cafetera son fácilmente detectables varios factores porque al comparar 2017 con 2018, la producción cafetera fue mejor para el departamento del Huila ya que al mirar los registros, hay una disminución en la cosecha frente al tiempo corrido del año en curso.

En ese sentido se puede advertir que los precios del grano en comparación con la vigencia de 2017-2018 eran mucho mejores en la temporada anterior cuando los precios internos de remuneración estuvieron por encima de los 880.000 y los 920.000 pesos la carga.

Hoy esa misma carga está oscilando entre 700.000 y 720.000 pesos, haciendo que la caficultura no sea rentable.

“Si a esa baja producción y a esos malos precios se suma el hecho de que la cosecha se ha corrido para el capítulo Huila, el resultado es que los productores no han podido tener los recursos necesarios para cumplir con sus compromisos. Hemos hecho un análisis a nivel departamental con el Banco Agrario en donde les hemos mostrado las cifras y las circunstancias por la que pasan los cafeteros del Huila y muy seguramente los de todo el país dados los escenarios en lo que tiene que ver con el cumplimiento en el pago de los créditos y por eso se buscan alternativas para que los productores puedan honrar sus compromisos, sin que ello implique un regalo o una gabela”, indicó el dirigente cafetero.

Aliviar cartera

Especificó que tan solo lo que se pide al banco de los campesinos y productores primarios de la ruralidad colombiana, es que se permita manejar la cartera vencida de tal manera que las obligaciones se puedan pagar con un plazo a noventa días y así dar una espera para observar como evoluciona en el mercado interno y externo el precio del café, sobre el entendido que Brasil salió con una muy buena producción puesto que eran esperados en ese país unos 55 millones de sacos, pero que al final del ejercicio de recolección sumó 60 millones de sacos.

Además de lo anterior, afirmó Montenegro, hay que tener en cuenta que la cosecha colombiana de café termina por estos días lo que hace prever que como la gran cosecha brota en el segundo semestre, los precios puedan reaccionar en favor de unos productores supremamente castigados con las cotizaciones en la bolsa de Nueva York.

Dijo que solo si reaccionan los precios del grano, los caficultores van a tener los recursos necesarios si hay una buena productividad que para el departamento pinta muy bien, no solo en cantidad sino en calidad lo cual haría que los cafeteros pudieran pagar con todas las obligaciones.

“Nosotros le hemos dicho al Banco que nos dé ese compás de espera de tres meses y poder repartir las cuotas para honrar las deudas o si es del caso que las cuotas pendientes o por pagar se trasladen a las últimas cuotas cuando vaya a claudicar el plazo del crédito”, explicó el Director Ejecutivo del Comité de Cafeteros del Huila.

Manifestó que el tema es bastante preocupante, razón por la cual fue llevado por parte del representante departamental al Comité Directivo de la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia para que fuera abordado en esas instancias.

Cabe anotar que la cartera cafetera del Huila que estaba por el orden de tres, cuatro, cinco y hasta seis por ciento, dio el alarmante salto hacia los dos dígitos superando el 14 y el 16 por ciento, lo cual no es asunto menor toda vez que para las entidades financieras una cartera por encima del 10 por ciento entraría a ser un problema y más para los cafeteros que serán reportados por las centrales de riesgo, interrumpiendo el crédito y complicando el ya turbio panorama porque no tendría como cubrir sus necesidades o sacar adelante sus cultivos.

A repensar la caficultura

Ante el complejo escenario, los caficultores del Huila consideran que es perentorio repensar la caficultura que es de por sí una actividad mundial en donde el negocio quedó en manos de unos pocos, básicamente en la de unas multinacionales que le han sacado todo el provecho a la caficultura sin compensar justamente a los eslabones, y en donde es notoria la falta de corresponsabilidad en vista que no hay un gana-gana, sino un toma todo para las corporaciones y una quiebra inminente para el productor que es mirado de manera peyorativa y displicente, haciendo que la atención se dirija hacia ellos porque sin café no hay negocio.

“Aquí es bueno que los almacenes de cadena, los tostadores, las tiendas de café, las marcas y las multinacionales, dejen de ganar un poco para trasladarle precio al productor que es la base de una cadena en la que muchos ganan, pero en la que paradójicamente, él como agricultor es el único que pierde cuando de manera increíble se le exige calidad en grano, óptimo manejo ambiental y certificaciones que finalmente no sirven de nada porque no hacen valer a nivel internacional lo que realmente cuesta producir café en lo económico y en lo social. Por eso es que hoy se están pagando precios irrisorios y el llamado es a que el mundo del café sean más justos con los productores de café en el mundo para garantizar sostenibilidad y rentabilidad, dos factores muy en veremos”, dijo.

Lo increíble de todo el asunto es que una libra de café puede dar en las cafeterías del mundo unas ganancias exuberantes teniendo en cuenta que a una libra del bebestible se le pueden sacar 40 o 50 tazas de café que en los mercados de Estados Unidos y Europa, haciendo la conversión en dólares o euros, equivalen a 9.000 y 10.000 pesos por taza por cada 3.5 en divisa en esas regiones.

La ecuación es elemental, una taza de café a razón de diez mil pesos debe multiplicarse por 50 con lo cual se puede estar hablando de 500.000 pesos por libra, pero si la libra es llevada a una carga de café que equivale a 125 kilos y se multiplica por libras americanas que están fijadas en 454 gramos, las 208 libras de café multiplicadas por 500.000 pesos que deja el producto en el exterior arroja una cifra que puede superar los 100 millones de pesos.

La situación, comentó Montenegro, es muy compleja y de seguir así habrá una crisis que podría llevar a una caída considerable en la oferta porque ya muchos están cansados en el mundo cafetero por la pérdida en la rentabilidad con una situación adicional y es que mientras al productor que lucha contra viento y marea por producir café de calidad le bajan el precio, la góndolas de las grandes cadenas y supermercados del mundo tienen un café procesado que de manera inexplicable sube de precio o se mantiene elevado, haciendo el gran negocio mientras los que cultivan esa riqueza se van a la quiebra y quedan en la calle.