El sabor de un “Master Chef” desde las entrañas palmeras de Mapiripán

Crónica de Goio Usunaga, Mapiripán, Meta, Colombia.

  • Nota del autor: los hechos que narra esta crónica ocurrieron días antes de que las autoridades de Colombia decretaran el aislamiento obligatorio por cuenta del Covi19.

Sabemos que la realidad supera siempre a la ficción y sin embargo no dejamos de sorprendernos ante las experiencias y los escenarios que nos ofrece la vida.

Este podría ser el breve resumen de nuestra pequeña aventura en Mapiripán.

Para llegar hay que volar. Porque a esta pequeña comunidad del Meta Colombiano solo se puede llegar volando o navegando por el Rio Guaviare ya que el viaje por tierra es interminable e insufrible pues no hay carretera.

Desde Villavicencio y en una pequeña avioneta semi destartalada comenzó nuestra aventura, comenzó la sorpresa cotidiana, comenzó el descubrimiento de ese olvidado paraíso. Desde el aire es un regalo y un privilegio contemplar los Llanos Orientales de Colombia sus enormes planicies verdes sus serpenteantes ríos sus bosques las grandes plantaciones de palma y su cielo. El sonido del motor de la avioneta y de nuestros corazones nos acercaba a nuestro destino, Mapiripán.

El aeropuerto no existe, solo una pequeña pista de tierra para aterrizar en la entrada del municipio, una pequeña pista para pequeñas avionetas a la puerta de una gran selva que comienza en la otra orilla del rio. La puerta de una Colombia profunda y ancestral, olvidada y conflictiva de una historia trágica y cercana que es necesario no olvidar para evitar repetirla y un futuro amplio y abierto, plagado de oportunidades un potencial impresionante y un “está todo por hacer…”

El momento de esta tierra

Mapiripán es una comunidad humilde situada a la orilla del Río Guaviare al Sur Este del país con una superficie cercana a los 12.000 km2 pero con un núcleo urbano que no llega a los 4.000 habitantes. Con una flora, una fauna y unos recursos naturales y paisajísticos espectaculares, una riqueza envidiable. Una tierra que esta pidiendo su momento y ese momento es ahora.

A pie de pista nos recoge un motocarro, hace calor, cargamos el equipaje y en un santiamén llegamos a la Posada de Lucy. Gente amable y sonriente, humilde y educada, así es Mapiripán, al fin y al cabo, los pueblos son según son sus gentes.

Nuestro objetivo en este viaje no es más que aportar un granito de arena para hacer mas amable la vida de la gente. Dos eventos puntuales relacionados con una de las actividades básicas y cotidianas, abordadas desde un punto de vista lúdico.

Un concurso de cocina. Un Master Chef popular para la comunidad en general y otro para los trabajadores de la empresa Poligrow durante la celebración de su fiesta de fin de año.

La idea de este concurso de cocina surge desde la Fundación Poligrow de la mano de su Directora Ejecutiva, Luisa Fernanda Cadena, y con el apoyo del Director General de Poligrow Colombia, Carlo Vigna Taglianti.

Se plantea, por tanto, como una actividad novedosa dentro del habitual festejo de fin de año de la empresa. Una actividad participativa, dinámica, abierta a todos y relacionada directamente con el Aceite de Palma y su uso en la alimentación. Una herramienta para la vida cotidiana de los participantes y una semilla para implementar futuras iniciativas y actividades educacionales en nutrición, alimentación sana y buenos hábitos saludables, por medio de talleres populares participativos..

Master Chef comunitario

El primero de los encuentros Master Chef fue el dedicado a la comunidad, se realizó en la cancha del polideportivo en pleno casco urbano del pueblo. Participaron cinco equipos de diez miembros cada uno. La expectación que levanto el evento fue sorprendente lo que se tradujo en un lleno de las instalaciones en cuanto a espectadores.

Las ganas y el entusiasmo de los participantes hicieron el resto. Un rotundo éxito. Todo nuestro esfuerzo de semanas anteriores preparando y organizando el concurso fue compensado con creces. Pusimos un granito de arena y nos pagaron con una montaña de ilusión. Queremos destacar y agradecer muy especialmente la participación de dos colectivos. Por una parte, una representación de la Comunidad Indígena Jiw y por otra el colectivo de la tercera edad de Mapiripán.

Para nosotros, una experiencia preciosa sorprendente y enriquecedora, de esas que te llenan de energía. Tras el fallo del jurado, la alegría era el gesto general de todos, pues más allá del premio, tuvimos la convicción de que todos habíamos ganado.

Con ambiente de palmicultura

Cuando vas llegando a Mapiripán desde el aire, llama la atención una gran extensión Cultivo de Palma. Miles de hectáreas donde cientos de trabajadores cultivan y recogen el fruto, la materia prima con la que luego se elaborará el aceite.

La actividad agrícola de Poligrow en relación con la producción de aceite de Palma ha sido considerado como un ejemplo de desarrollo sostenible, inclusión social y protección medioambiental.

Poligrow llega a Mapiripán en 2008 y adquiere unas 5000 hectáreas para la plantación de palma. Hoy cuenta con alrededor de 7.000 hectáreas y un fuerte impacto beneficioso para la economía de la comunidad. En 2011 se crea la empresa de energía Electrimapiri gracias a la cual hoy pueden disfrutar de luz eléctrica 24 horas al día. La economía y la mejora de las condiciones de vida en Mapiripán están íntimamente ligadas en sus últimos años a la empresa Poligrow.

¿Por qué contamos esto?

Pues solo para poner en valor la importancia y la repercusión que tiene en el pueblo la fiesta de fin de año de la empresa.

Acude prácticamente toda la comunidad, familias enteras, gente mayor, niños, jóvenes. Se desarrollan distintas actividades, música, entregas de regalos y por primera vez y antes de la repartición del almuerzo de la lechona, comienza el Primer Concurso Gastronómico Master Chef de Poligrow.

Participan diez grupos de entre ocho y diez personas cada uno. Cada equipo tiene un color tanto en sus uniformes como en su mesa. Todos los participantes son trabajadores de la empresa. La inscripción es libre y los grupos se forman en el momento. El jurado lo forman las autoridades del municipio, el responsable de Poligrow y yo como Chef del evento. Tras una pequeña charla de la que me hago cargo y una pequeña master class de cocina, comienza la competición. Los equipos deberán elaborar tres recetas distintas cada uno, todas cocinadas con Aceite de Palma. – Una tortilla de papas española – Una receta de pollo relleno y – Unos buñuelos de manzana.

Para recordarlo siempre

Son casi cien personas participando vestidas con diez colores distintos y solo tienen una hora para preparar los tres platos. Empieza la fiesta.

El ambiente es inmejorable. Todos quieren ganar, hay competencia, pero también hay muchos gestos de compañerismo y solidaridad. El resultado es magnífico. Gran nivel. Difícil tarea del jurado y al final satisfacción por parte de todos. Porque entre todos conseguimos que volviera a ser un éxito.     

El primer Master Chef de la historia de Poligrow y de Mapiripán fue una fiesta. Por una parte, se estrecharon relaciones entre muchos miembros de la empresa que, debido a la distancia entre sus lugares de trabajo, ni se conocían apenas. Por otra parte, la buena organización facilito mucho las cosas para conseguirlo, y al final el entusiasmo se contagió y el resultado fue muy gratificante.

Ciertamente se pueden mejorar muchas cosas. Todo puede mejorarse, pero también es cierto que la experiencia, los momentos, las sensaciones vividas abren puertas a nuevos retos, despejan horizontes y generan un nuevo futuro de proyectos enriquecedores para todos.

No queremos terminar reste relato sin expresar nuestro más sincero agradecimiento a los trabajadores de Poligrow que colaboraron en todo momento para que esto fuera posible y en especial a Carlo Vigna Taglianti por creer en esto y Luisa Fernanda Cadena por su liderazgo, capacidad de organización y duro trabajo, sin los que nada de esto hubiera sido posible.