¿Cuál es el agro que Colombia se merece? (Quinta entrega)

Por Lourdes Molina Navarro

Especial para ABC de América

ABC de América habló con el actual ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, varios ex ministros que ocuparon esta cartera y defendieron, en su momento, los intereses del agro, con líderes gremiales que conocen muy de cerca la realidad de la agroindustria y con empresarios que no han hecho nada distinto a sufrirlo, trabajar con lo que tienen a su alcance y esperar mejores días por venir de la mano de políticas que contribuyan a fortalecer un sector que debería ser la llave de la prosperidad y pujanza de un país como el nuestro.

¿Cuál es el agro que Colombia se merece?, ¿qué hay que hacer para llegar al agro que el país realmente necesita? y si hubiera una fórmula ¿cuál sería ésta para lograr un agro competitivo, eficiente, rentable y sostenible?, son las preguntas que les formulamos a los entrevistados y estas fueron algunas de sus respuestas en esta cuarta entrega.

Roberto Junguito Bonett, ex Ministro de Agricultura y de Hacienda y Crédito Público, en dos ocasiones, ex Presidente de La SAC y Codirector de la Junta Directiva del Banco de la República

Si nos preguntamos cuáles son las funciones que el agro debe responder en el proceso de desarrollo de un país? Nos encontramos con la respuesta de que debe producir, de manera eficiente, bienes para el consumo básico de la población. Un agro que pueda atender esta sociedad, donde la mayor parte es urbana. Debe cumplir la función de ayudar a generar las divisas que un país necesita, productos que generen dólares por exportación del país, como el café por ejemplo.  Debe ser un agro que pueda ayudar a generar empleo, como es el caso de la agricultura y de la palma de aceite. El agro debe ser responsable de generar desarrollo regional y pienso que en materia de agro, debe ayudar a mejorar la distribución del ingreso en el país.

Los datos del Censo por ejemplo, han mostrado que el agro está cumpliendo medianamente algunas de estas funciones. Se encontró que en cultivos frente a ganadería y pastos, el área sembrada ha venido aumentando frente a lo que pensábamos y se han estimulado cultivos de tardío rendimiento como es el caso de la palma de aceite y el café. Una de las funciones del agro, que también lo arroja el censo, es si está contribuyendo a que se reduzcan esas diferencias entre la ciudad y el campo y he encontrado positivamente que se está mejorando la educación, la salud, la seguridad social, y la capacidad de que los trabajadores del campo puedan tener pensión y puedan formalizarse, que aunque falta es importante que se estén dando estos pasos.

Uno dice que de pronto no estamos cumpliendo la tarea, cuando vemos que en lo que compete al crecimiento del sector agropecuario, este no ha sido acelerado sino relativamente muy lento. Las cifras hablan de que la tasa de crecimiento anual del agro ha sido menos del 2 %, es decir casi menos o apenas el crecimiento de la población colombiana, esto quiere decir que apenas tenemos para mantener el suministro interno, pero la agricultura debería estar creciendo por lo menos 3 o 4 % y generar más exportaciones. Ahora que la tasa de cambio ha sido favorable, una de la quejas que hay y que obviamente le va a medir el aceite a la agricultura es si de verdad estamos respondiendo al reto y a la oportunidad, ya que al devaluarse la tasa de cambio, los productos de importación se encarecen y esto va a generar mucho estímulo a sustituir esas importaciones y se va a incentivar mucho cultivo transitorio, cuya producción se había reducido.

En el trabajo de Misión Rural en el cual participé, se miraron cuáles son los cambios que debía tener el sector agropecuario, los poderes del Ministerio de Agricultura y sus institutos, cómo mejorar la investigación y cómo hacer que más agricultores pudieran tener mayor acceso al crédito y a los recursos públicos mediante el suministro de bienes públicos, mejoramiento de carreteras y demás acciones que deben facilitar el crecimiento de la agricultura.  Lo hemos hecho mejor de lo que la gente dice pero tenemos un reto gigantesco y al final, uno se pregunta cómo debe ser la política de tierra y en este sentido me da mucho susto, que con el tema de la paz, trabajemos juntos por lograr por ejemplo que la Altillanura se convierta de verdad en una despensa, con el gran potencial que tendría Colombia en esta zona si lo hacemos bien.  Tenemos tierra, agricultores y en cierta medida unas políticas macroeconómicas, cómo hacer entonces para desarrollar nuestro potencial, para aumentar la competitividad y mejorar los rendimientos y la productividad del trabajo? Hay aspectos positivos en la agricultura, por ejemplo tenemos buenas organizaciones gremiales pero instituciones agropecuarias débiles, especialmente el Ministerio de Agricultura, que no lo hemos podido nunca fortalecer. Yo que he sido Ministro de Agricultura y de Hacienda, lo he vivido, un día le recortan el presupuesto al de Agricultura sin más ni más, entonces cómo tener reglas de juego claras, en las que haya un compromiso de que determinado presupuesto siempre vaya a la agricultura. Cuando se le recortaba este presupuesto a la investigación, todavía era peor. Afortunadamente hay centros de Investigación como Cenipalma y Cenicafé que ofrece la asistencia técnica adecuada pero no ocurre lo mismo en la mayoría de los cultivos y esto lo dijo precisamente el Censo que solo 6 % de los agricultores reciben algún tipo de asistencia técnica y así como mejorar?

Hay una nueva moda y eso se discutió en la Misión Rural, pero yo no la comparto tanto y es que la transmisión del cambio tecnológico debe estar solo centrado en el intercambio entre los agricultores, yo creo que se necesita investigación básica como la que hace Cenipalma, Cenicaña y Cenicafé es supremamente importante, porque los conocimientos básicos tienen que partir de un ejercicio científico, después en lo que tiene que ver con la transferencia de tecnología si puede haber un intercambio entre los grandes y pequeños y pueden apoyarse y beneficiarse mutuamente y hacer el esfuerzo por asociarse.

El papel de los gremios en el desarrollo del agro es importante y aquí me voy a echar flores, porque cuando yo fue presidente de la SAC, yo la transformé en un gremio de gremios y hoy en día siento que eso le ha dado mucha fortaleza a este gremio aunque creo que le falta continuar asociando productores de actividades más pequeñas, como los cebolleros, los que producen mora, productores de agricultura campesina y dar una representación más regional, que en cualquier municipio donde este usted vaya, la SAC esté en todas las zonas del país, eso fortalece la acción gremial, yo soy un defensor de ellos, de los que representan un solo producto también y creo que son fundamentales en el diálogo sobre las políticas con el gobierno.

En lo que se refiere a la competitividad que debe procurar el Gobierno, primero hay que tener instituciones agropecuarias sólidas, un Ministerio y unos institutos alrededor de éste que sean fuertes, como lo es el Ministerio de Hacienda, debe tener el respaldo técnico, la base técnica, debería contar con los mejores técnicos agrícolas del país. Cuando uno habla de políticas, me refiero a los instrumentos y en este sentido el Ministerio debería tener la capacidad para manejar los instrumentos de la política sectorial y fortalecer el crédito, la investigación, la transferencia de tecnología, dado que el cambio institucional en la agricultura es fundamental para la competitividad.

“El Agro Empresarial y la Agroindustria son el camino”

Por otra parte, desde el año anterior, y con la perspectiva de construir y no estar esperando siempre que el Gobierno Nacional sea el que aporte únicamente las soluciones a las diferentes problemáticas que enfrenta el agro nacional, la iniciativa “El Agro Empresarial y la Agroindustria son el camino”, ha sido respaldada por la Sociedad de Agricultores de Colombia, SAC, y la Federación Nacional de Cultivadores de Palma de Aceite, Fedepalma, entre otras entidades como Findeter, Augura, Fenavi, Fedearroz, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia, Asocaña, Asocolflores, Porkcolombia, Bancoldex, Finagro y el Banco Agrario, junto al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, las cuales la han impulsado plenamente y emprendieron este reto conjunto desde principios del año anterior, dado que representa un punto de partida importante y en la cual se continuará trabajando con el fin de seguir fortaleciendo el agro nacional.

Con el fin de dar a conocer las conclusiones de esta iniciativa, cuya orientación ha sido construir una visión del agro al 2030-2050 y desarrollar en el corto plazo propuestas concretas y específicas de política pública agrícola y ajustes a la institucionalidad para impulsar un agro competitivo, se realizó el pasado 22 de noviembre, el Gran Foro Nacional, en Bogotá, que contó con la presencia del  Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Irragorri y la Ministra de Comercio, Industria y Turismo, María Claudia Lacouture.

El Ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Aurelio Irragorri señaló que “gracias a la iniciativa gremial “El Agro empresarial y la Agroindustria son el camino” en lo que respecta a encadenamiento, haremos del campo un modelo agro empresarial e industrial”, al tiempo que oficializó el compromiso de su cartera de trabajar por sacar adelante una política pública para el agro, en un lapso no mayor a tres meses, es decir que estaría en vigencia en febrero de 2017.

Es así, como se trazaron los fundamentos de un programa de desarrollo agroempresarial y agroindustrial que se implemente como complemento de “Colombia Siembra”, incorporando aspectos de infraestructura económica y productiva, ciencia y tecnología, asistencia técnica, asociatividad, formalización y producción sostenible, entre otros, planteó Minagricultura.

Para finalizar cabe anotar que las conclusiones integraron los aportes de más de 150 empresarios de cinco regiones del país quienes, a través de diálogos estratégicos, identificaron desafíos y propósitos empresariales y de política gubernamental necesarios para impulsar el desarrollo empresarial en el agro, en el mediano y largo plazo. La gran finalidad que persigue esta iniciativa es que el desarrollo agroempresarial y agroindustrial contribuya al aumento de la productividad y competitividad del sector; a la utilización de modelos de inclusión y generación de paz y a la aplicación de prácticas ambientales sostenibles.