La infección por SARS-CoV-2, que hoy el mundo conoce como Covid19, “induce una sólida respuesta inmune humoral específica de antígeno y de larga duración en humanos”, concluye en estudio que publica la Revista Nature, un medio de la Universidad de Washington.
El informe científico plantea que las células plasmáticas de médula ósea de larga vida (BMPC) son una fuente persistente y esencial de anticuerpos protectores1–7.
Agrega que las personas convalecientes con síndrome respiratorio agudo severo coronavirus 2 (SARS-CoV-2) tienen un riesgo significativamente menor de reinfección8-10.
No obstante, se ha informado de que los anticuerpos séricos anti-SARS-CoV-2 experimentan una rápida descomposición en los primeros meses después de la infección, lo que plantea la preocupación de que es posible que no se generen BMPC de larga duración y que la inmunidad humoral contra este virus sea de corta duración11– 13.
“Aquí demostramos que en pacientes que experimentaron infecciones leves (n = 77), los anticuerpos séricos anti-SARS-CoV-2 pico (S) disminuyen rápidamente en los primeros 4 meses después de la infección y luego más gradualmente durante los siguientes 7 meses, permaneciendo detectables. al menos 11 meses después de la infección”.
Los títulos de anticuerpos anti-S se correlacionaron con la frecuencia de BMPC específicas de S obtenidas de aspirados de médula ósea de 18 pacientes convalecientes con SARS-CoV-2 de 7 a 8 meses después de la infección. No se detectaron BMPC específicas de S en aspirados de 11 sujetos sanos sin antecedentes de infección por SARS-CoV-2.
Demostramos que las BMPC de unión a S están inactivas, lo que indica que son parte de un compartimento de larga duración. De manera consistente, se detectaron células B circulantes de memoria en reposo dirigidas contra la proteína S en los individuos convalecientes. En general, mostramos que la infección por SARS-CoV-2 induce una sólida respuesta inmune humoral específica de antígeno y de larga duración en humanos.