Chilenos se inventas bolsas plásticas que se deshacen

Cuatro chilenos crearon un innovador material amigable con el medio ambiente para reemplazar las bolsas plásticas y otros productos de la industria médica que se pueden disolver en agua y no son contaminantes, ha informado la agencia italiana ANSA.
Roberto Astete, gerente general de Solubag, expresó que ellos simplemente modificaron la fórmula química del polímero PVA (alcohol polivinílico), sin ni un derivado del petróleo, fabricando una bolsa plástica, capaz de transportar el mismo volumen y peso de las que aún circulan en el mercado pero que se prohibirán cuando entre en vigor la nueva norma chilena.
Esta iniciativa fue ganadora del premio SingularityU Chile Summit 2018, como emprendimiento catalizador de cambio, permitiendo una pasantía de 10 semanas para los inventores en Sillicon Valley.

Astete explicó que “tras estudiar la industria, y considerando que al año se usan alrededor de un trillón de bolsas plásticas a nivel global, nos dimos cuenta que no se había desarrollado en el plano masivo la idea de hacer un producto cotidiano en base a insumos que no fueran nocivos para nuestro entorno”.
Contó que viajó a Guangzhou (China) para trabajar con nuevas tecnologías, generar alianzas comerciales y pedir la asesoría de expertos en ingeniería química.
Luego de meses de trabajo, dio con una solución que utilizando carburo de calcio produce PVA (alcohol polivinílico), el cual, al incorporar otros componentes, fabrica un nuevo material que emula las condiciones del plástico y con el valor agregado de disolverse al contacto con el agua en sólo minutos, sin contaminarla.
El gerente comercial de Solubag, Cristian Olivares, hizo hincapié en que la gran ventaja de este producto “es que, al ser desarrollado con estos materiales, no contienen ningún derivado del petróleo, lo cual se ajusta perfecto al proyecto de ley que se está llevando a cabo en Chile para prohibirlas en el comercio, cumpliendo estándares mundiales”, afirmó.
Consultado por el precio, admitió que al inicio “fue elevado, sin embargo, a través de mejoras continuas de procesos, y certificando proveedores, se ha logrado reducir cinco veces este valor, y a medida que integremos el volumen de demanda del mercado, el precio llegaría en un futuro próximo, a valores similares al precio actual del polietileno”, amplió Astete.
Gracias a este invento, resultaron ganadores del premio SingularityU Chile Summit 2018, como un emprendimiento catalizador de cambio, accediendo a una pasantía en Silicon Valley, donde planean desarrollar el negocio para el mercado estadounidense y de forma global.
La empresa ya cuenta con patentes internacionales en trámite, certificaciones y pruebas, tanto locales como extranjeras, incluyendo el test de contacto con alimentos FDA (Food and Drug Administration), lo que permitirá expandirse más allá de las fronteras chilenas y de los países en donde ya se encuentran establecidos, como China, Colombia, Ecuador, Panamá y República Checa.
Jorge Cortés, gerente de Marketing Digital de Imagen de Chile, resaltó que “nuestra nación se está posicionando globalmente gracias a este tipo de descubrimientos que son un real aporte al medioambiente. De este modo, nos proyectamos como un polo de innovación científica y tecnológica, donde profesionales altamente calificados protagonizan la búsqueda de soluciones a desafíos globales. Esto, sin duda, impacta favorablemente nuestra imagen país”.
Bárbara Silva, directora de Singularity Chile, relevó que “Solubag resuelve un problema local con impacto global. Chile tiene emprendedores de clase mundial y mi rol ha sido identificar ese potencial abriendo oportunidades de vinculación, crecimiento y desarrollo en ecosistemas avanzados de innovación como Silicon Valley”.
El momento más impactante fue la demostración de cómo se disuelven las bolsas plásticas. Astete tomó una de ellas y la introdujo a un recipiente con agua a 75 grados Celsius. El efecto fue inmediato, en menos de un minuto quedó disuelta.

Y para demostrar su inocuidad, uno de los directivos de Solubag se bebió el agua.
Interrogados si la inédita iniciativa se podrá ocupar en países muy lluviosos, Astate respondió que está testeada para los distintos climas.